Kollontai - La prostitución y las formas de combatirla
Discurso de 1921.
Nuestra república de trabajadores no ha pasado ninguna ley dirigida a la eliminación de la prostitución, y no ha emitido una formulación rica y científica del punto de vista de que la prostitución es algo que daña a la comunidad. Nosotros sabemos que la prostitución es un mal, incluso reconocemos que en este momento, en este período transicional que tiene muchos problemas, la prostitución se ha vuelto muy extendida.
Nuestra república obrera soviética ha heredado la prostitución del pasado capitalista burgués. La prostitución surgió con los primeros estados como la sombra inevitable de la institución oficial del matrimonio, que fue diseñado para preservar los derechos a la propiedad privada y para garantizar la propiedad hereditaria a través de una línea de herederos legítimos. La institución del matrimonio hizo posible evitar que la riqueza que había sido acumulada fuese dispersada entre un gran número de “herederos”.
En los siglos XIX y XX la prostitución asumía proporciones alarmantes por primera vez. La venta del trabajo femenino, que está indisolublemente conectada a la venta del cuerpo femenino, incrementa constantemente llevando a una situación donde la respetada esposa de un trabajador, y no sólo la niña abandonada y “deshonrada”, se une a las filas de las prostitutas: una madre por el bien de sus hijos, o una joven como Sonya Marmeladova por el bien de su familia. La hipócrita moral de la sociedad burguesa fomenta la prostitución por la estructura de su economía de explotación, mientras que al mismo tiempo cubriendo despiadadamente y con desprecio a cualquier chica o mujer que se vea obligada a tomar este camino.
La prostitución, bajo el capitalismo, provee a los hombres con la oportunidad de tener relaciones sexuales sin tener que asumir la responsabilidad de cuidar materialmente a las mujeres hasta la tumba.
A la ciencia burguesa y a sus academias les encanta probar al mundo que la prostitución es un fenómeno patológico, es decir, que es el resultado de las anormalidades de ciertas mujeres, tal como ciertas personas son criminales por naturaleza, algunas mujeres, según argumentan, son prostitutas por naturaleza. Sin importar dónde o cómo estas mujeres podrían haber vivido, habrían recurrido a una vida de pecado. Los marxistas y los académicos más consientes, doctores y estadísticos han mostrado claramente que la idea de “disposición innata” es falsa. La prostitución está por encima de un fenómeno social; está estrechamente conectada con la posición de necesidad de una mujer y su dependencia económica del hombre en el matrimonio y la familia. Las raíces de la prostitución son económicas.
Después de todo, a pesar de que las principales causas de la prostitución - la propiedad privada y la política de fortalecimiento de la familia - han sido eliminadas, otros factores se encuentran todavía en vigor. Vivir sin techo, la negligencia, malas condiciones de vivienda, la soledad y bajos salarios para las mujeres están todavía con nosotros. Nuestro sistema productivo está todavía en un estado de colapso, y la dislocación de la economía nacional continúa. Estas y otras condiciones económicas y sociales llevan a las mujeres a prostituir sus cuerpos.
La clase obrera condena a la prostituta no porque ella les da su cuerpo a muchos hombres sino porque, como la esposa legal que se queda en casa, no hace ningún trabajo útil para la sociedad. La prostitución no es compatible con la república de trabajadores soviética por una otra razón: no contribuye al desarrollo y fortalecimiento del carácter básico de clase del proletariado y de su nueva moralidad. Un hombre que compra los favores de una mujer no la ve como una camarada o como una persona con iguales derechos.
¿Podemos nosotros que defendemos los intereses de la clase obrera definir a las relaciones que son temporales y no registradas como delito? Por supuesto que no podemos. La libertad en las relaciones entre los sexos no contradice la ideología comunista. El interés del colectivo obrero no es afectado por la naturaleza temporal o perdurable de las relaciones o si están basadas en el amor, en la pasión o en la atracción física. Una relación es perjudicial y extraña al colectivo solo si la negociación material entre los sexos está involucrada, solo cuando los cálculos mundanos son un sustituto de la atracción mutua. Si la negociación toma la forma de prostitución o de una relación matrimonial legal no es lo importante.
No profesaré la forma que asumirán el matrimonio o las relaciones entre los sexos en el futuro. Pero de una cosa no hay dudas: bajo el comunismo toda dependencia de las mujeres sobre los hombres y todas las formas de cálculos materiales encontrados en el matrimonio moderno estarán ausentes. Las relaciones sexuales estarán basadas en un saludable instinto de reproducción impulsado por el abandono del amor juvenil, la pasión ferviente, por una llamarada de atracción física o por una suave luz de armonía intelectual y emocional.